¡El dolor de tu ausencia ha partido mi alma!
Como espada filosa llegó a lo más recóndito de mis tuétanos.
Sentí morir y para mis adentros busqué refugio en el precipicio de la soledad.
Como el águila en proceso de renovación, soporté el cruel duelo desgarrándome en pedazos, sin plumas ni garras y con un nido vacío. Casi al punto en mi último hálito de vida, oí una voz “¡Levántate!”
En ese instante, como el renacer del ave Fénix, mi espíritu y mi fe, con gran poder, resurgieron de entre las cenizas y volvió a arder mi corazón con fulgurantes llamas y nunca más se apagarían.
Porque como un nuevo amanecer, mientras haya vida, puedo volver a empezar una vez más.
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Así es. Renacer siempre y seguir adelante. Un guste leerte.
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muchas gracias.