Cuando emprenda mi ruta hacia el olvido
puede que mis recuerdos de ti escapen
como un puñado de agua
se pierde entre los dedos.
Imperceptiblemente.
Perdóname, mi amor,
si mi mente, confundida, ya no vuelve
si mi rumbo en la nada se extravía
si algún día te pregunto quién eres.
¡Oh, Dios! ¿cómo podría soportar
el mirarte sin verte?
Si ese día llegara
sé indulgente conmigo
susúrrame al oído
cuéntame cómo fui
cómo fueron nuestros años gozosos
cómo era nuestro tiempo.
Yo te escucharé desde el otro lado,
el de la bruma que acoge a los náufragos
con sonrisas y besos.
Lo que de mí quede será un despojo
pero no seré yo.
Por favor, no me recuerdes así.
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Conmovedor poema.
Excelentes versos en los que transmites el temor al olvido y la esperanza de ser recordado con amor.
Muchas gracias, Alejandro, por tu comentario a mi poema.
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Qué hermoso poema, Antonio.
Un placer leerte, gracias por compartir tus versos!
Gracias, Oscar, por tu primera reseña a uno de mis poemas.
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