No hacer daño

No hacer daño. Al final, casi todo se reduce a eso. El resto es buscar ternura, optimismo y futuro entre las ruinas del odio y la violencia. Nos quieren convencer de que la humanidad es mala por naturaleza, de que defenderse es ejecutar un genocidio. Nos quieren convencer de que quienes piden paz y soluciones, quienes condenan los crímenes de guerra son terroristas. O peor, antisemitas. Necesitan recurrir al Holocausto, como bien recuerda Pablo Batalla @gerclouds que afirma Žižek, “si usas el Holocausto como baza, reconoces que estás perpetrando crímenes tan horrendos que solo la baza del Holocausto puede redimirlos”.

Gaza duele. Ucrania duele. El Holocausto no debe volver a repetirse jamás. Duelen los centenares de vidas rotas. Duelen los niños huérfanos, llorando y preguntando dónde está su madre. Duelen los niños asesinados. Duele que la Unión Europea solo condene los crímenes de Hamás, pero no los del Estado de Israel.

Apunta @AntonioMaestre: «La Shoah como bula. Si ocupas un territorio ajeno y esa población se defiende se convierte en agresora en vez de víctima de la ocupación. Palestina es el agresor por el simple hecho de existir, por estar donde Israel desea estar. Norman Filkenstein lo explica así: “Después de los terribles ataques lanzados por Israel contra el Líbano en 1996, que culminaron con la masacre de más de un centenar de civiles en Qana, el columinista de Haaretz Ari Shavit comentaba que Israel había podido actuar con impunidad porque tiene “la liga antidifamación[…] y el Yad Vashem y el museo del Holocausto”».

Quiero que sepas que la mayoría de las personas son decentes. Quiero que sepas que yo tampoco duermo por todo lo que ocurre en el mundo. Veo a niños llorando y temblando y tengo que esforzarme en no ver centenares de imágenes diarias de pequeños inocentes ensangrentados, temblando, aterrorizados, huérfanos o asesinados.

Quiero que sepas que mis nervios están a flor de piel porque una minoría nos quiere convencer de que defenderse es volver a la Edad de piedra. Reivindicar la barbarie solo conduce a un lugar y no lo permitiremos. Porque la decencia es legión. Aunque a veces no te lo parezca.

Condenar a Israel con la misma contundencia con la que condenás a Hamás es imprescindible para parar esta sinrazón. Las atrocidades las cometen quienes se sienten impunes. La UE debe acabar con la impunidad de Netanyahu si realmente quiere acabar con las atrocidades que está comiendo Israel en Gaza desde hace 75 años.

John Cusack es una de esas personas que, con el alcance y la influencia que tiene, puede ayudar a que todo este dolor acabe lo antes posible. Su voz amplifica la nuestra, la de millones de personas pequeñitas que gritan BASTA YA DE TANTA VIOLENCIA.

Créeme: la mayoría de las personas son decentes. No permitas que te convenzan de lo contrario. Y gracias por gritar junto a mí, conmigo.

Te quiero.

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