No puedo escribir versos,
estoy derrumbando el vacío…
Eso no es poesía.
Estoy temblando en la incertidumbre,
no puedo ignorar el presente…
Eso no es poesía.
Es el fuego agonizante,
el constante susurro del alma…
reclamando a la ignominia,
escapando a la razón,
envolviéndose sin calma,
hasta perder la inspiración.