¿Por qué no cantas, niña triste?
Tu voz es dulce, esperanzadora.
Quizás si cuentas lo que viste
tus palabras hagan de lavadora.
Dame tu mano niña muerta,
que hace tiempo perdí la mía.
Necesito abrir la puerta,
necesito autonomía.
¿Por qué no cantas, niña triste?
Tu voz es dulce, esperanzadora.
Quizás si cuentas lo que viste
tus palabras hagan de lavadora.
Dame tu mano niña muerta,
que hace tiempo perdí la mía.
Necesito abrir la puerta,
necesito autonomía.
Tiene un halo de tristeza muy hermosa. Precioso poema.
¡Saludos!
Hay una hermosa resiliencia en estos versos, compañera! Un abrazo, Lucía.
Qué bonito tu poema. El diálogo con la niña que llevamos dentro. Excelentes versos!!!