De la pupila a la penúltima neurona,
de la papila a la yema, de la costilla al coxis,
de los barrotes al asfalto,
todo es negro, inquietud y pesadumbre.
Nada resalta.
Nada salta afuera o adentro,
cumplen bien su misión estos barrotes.
Se alinean disímiles los monstruos,
polícromos, polimorfos, amenazadores,
enteramente negros.
Negra sed tienen los arbolitos en el césped,
una sequía absoluta se abate sobre el mundo.
Fratricida me agrede mi vecino,
intransigente,
y el vacío vacía cada cara.
Temo la infamia y temo la ternura
y temo la muerte
y me vienen recuerdos que ni siquiera he vivido.
José, también sería posible leerte en el encuentro de lo que constituye el cuerpo y hace de la imagen un todo. La piel que contiene todas las sensaciones…
Un gran saludo
Se dice que el negro es la ausencia de todo color, pero usted le ha puesto color al negro porque no lo niega, lo afirma. En esa misma linea saca del olvido una copla de Otras versiones de la noche del poemario “De obreros y ateos” que dice:
《Tan negra la noche, tan negra y no pudo
El espectro infinito de tal negritud
Librar al mulato de la esclavitud
Ni librarlo de dioses que atan el nudo》
Aplausos @josemanuelperez . Saludos.
El mundo se tiñe de negro, pero tu poesía se hace grande, a través de esa mirada oscura, con la que construyes tus versos y nos muestras una realidad, imposible de esconder.
Muy agradecido, estimado amigo por tu visita y comentario y por esa hermosísima estrofa de “De obreros y ateos”. Salud y felicidad, pese a lo negro que se presente el asunto.