Necrófilo

La diáfana mirada del desprecio
rasgaba lo profundo de mi carne,
infame mi cariño se aferraba
iluso y rebosante de adorarte.
Audaz la Prometea de mentiras,
guardaba compostura de culpable,
gozaba de lujuria su figura
y en plena tempestad murió su carne.
Habría de comprarle sus caricias
deseo de su piel yo cada parte,
mas no podré comprarle sus te quiero
pues hasta para amarla ya es muy tarde.
Tu cuerpo está pudriéndose en la tierra
y en mi virilidad hervís la sangre.

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En tus letras resuenan notas de tragedia y pasión.

Cuánto amor y cuánto odio se expresa en tus versos, por esa persona que ha engañado al sujeto lírico y que sin embargo, ya ha muerto.

Buenos contrastes poéticos entre la diáfana mirada y el desprecio, entre el infame cariño y el adorarte, entre la Prometea de mentiras y la tempestad, entre el comprar las caricias y el no poder comprar los te quiero. Tañe el conflicto y la tensión en ellos.

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Agradezco mucho estimado poeta, que descifre el sentimiento en mi lirismo. Aceptare cualquier consejo o corrección con alegría.
Un fuerte abrazo.

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