Necesito
que me cuentes las lunas
que iluminan tus silencios,
que me hables de cada lágrima,
de cada batalla que perdiste
luchando contra el viento…
Necesito ver tu sonrisa
escondida tras el negro carmín
que quedó después del fuego,
de tus pies calcinados
por un camino sin retorno,
entre las llamas del infierno…
Necesito que me hables,
que no tengas secretos,
porque callando te apagas,
y te vuelves niebla
que se evapora con el tiempo…
Necesito ver la luz,
en tus ojos apagados
por tantas noches oscuras,
tantos sueños olvidados,
tantos bailes en penumbras,
tantos miedos enterrados
tantas flechas en tu armadura,
quebrando los deseos que dejaste
en un cajón olvidado…
Necesito ser
algo más que un recuerdo,
algo más que una hoja
que te trajo el viento,
algo más que un amigo,
algo más que oxígeno,
mientras pierdes el aliento;
necesito que me abraces,
que me sientas
como yo te siento;
necesito que me quieras,
como yo te quiero…
Necesito la luz de tu ser. La sonrisa de tus labios. La dulzura de tu voz. El calor de tu cuerpo.
Necesito tu amor.
Bellos y románticos versos!
Sensual poema!
Saludos cordiales, Fran!
Justo, justo, justo en este momento, esto me cae como anillo al dedo.
¡Hermoso poema!
¡Descriptivo, profundo, lleno de dolor, lleno, tal cual, de necesidad!
¡Una belleza!