Coincidimos en un charco
una noche de estío.
Veníamos agostados
de tormentas secas,
acribillados de rayos,
arreciados de huracanes,
cegados de calimas.
Bajo nuestros pies descalzos el olor a tierra mojada y el dolor de mil chubascos sufridos en mil vidas pasadas. Y el anhelo de una ilusión de un nuevo sentimiento que encendiera una fogata en nuestro frío corazón.
Había sido un verano ígneo,
de esos que derriten almas
y desollan la piel.
En dos centímetros de agua
se encontraron nuestros pies.
Bajo el orvallo, cada gota una emoción, cada hilo de agua un río de vida fluyendo por nuestras venas, nuestras almas desmazaladas y vencidas retumbaron de alegría; pletóricas, nuestras miradas al fin se reconocían.
Llegaba la lluvia al rescate
de dos náufragos
al borde de la sequía.
Después de “Absurdos de un día de lluvia” y “Sinsentidos de un día de lluvia” cerramos la trilogía con este “Náufragos” escrito en colaboración.
Muy feliz de haber escrito contigo, @AljndroPoetry.
Hemos hecho que los absurdos cobren sentido y que la lluvia traiga un final feliz
Muchísimas gracias
Dos náufragos muy queridos por esta comunidad, exponen en línea anecdótica peotizada desde el intimismo, consagrando el intercambio mente/alma —cuerpo/objeto. Siendo la lluvia el sujeto ruptor de la hermeticidad individual en cada caso. Han logrado una pieza que salta las heteronomías en los tejidos verbales y su funde como dos metales de distintas procedencia pero compatibles por la similitud de coeficientes. —Aplausos.
Mil gracias amiga poetisa !! Tus versos han sido realmente maravillosos y dieron pie para este hermoso poema !! Encantado de haber participado contigo en esta trilogía lluviosa !!
@Abecerias, ahí tienes la continuación y cierre de "Absurdos de un día de lluvia” y “Sinsentidos de un día de lluvia”.
Nos diste la idea y no pudimos resistirnos a llevarla a cabo