Nada había en ella que destacara
si no fuera sus ansias de ser feliz,
un tesoro para una joven pueblerina
en tiempos de desamparo.
Se le privó, se cercenó su voluntad,
nunca se acostumbró al esperpento
de una postguerra paupérrima,
de un ambiente temeroso y opresivo,
en una ruinosa nación,
entre las escondidas pasiones
bajo el lecho de una cama
o entre los arrumbados
muebles polvorientos,
legado de un floreciente pasado,
que nunca volvería.
Sola en tierra desconocida
sobrevive a las tormentas
emocionales e incomprensiones,
misoginia, represión y adicciones,
machismo, violencia y humillaciones
con la hipocresía de una sociedad atenazada
que día a día cercenaba su inocencia.
Sola ante el dolor, decide su futuro,
ante la indiferencia de su propia sangre
huye de aquella casa de locura
en la que nunca fue feliz,
donde no había nada que la retuviera.
Huye hacia la esperanza,
nada hay ya que la detenga
y con eso le basta.
Carmen Laforet Díaz (Barcelona, 6 de septiembre de 1921 - Madrid, 28 de febrero de 2004). Escritora española.
Nace en la casa de sus abuelos paternos. Su abuelo era pintor y profesor de dibujo, y ese ambiente había de marcarla para siempre, aunque a los dos años su familia se traslada a Las Palmas de Gran Canaria, donde su padre sentó plaza de arquitecto y donde transcurre su primera juventud.
En 1939, recién cumplidos los dieciocho años y recién terminada la guerra civil, regresa a Barcelona para estudiar la carrera de Filosofía y Letras, que no llegará a terminar. Su carrera literaria comienza cuando decide trasladarse a Madrid, con veintiún años. En Madrid se matricula en Derecho -otra carrera que no termina- y se centra en sus intereses literarios. Tras cumplir 21 años, la joven Carmen conoció al crítico literario Manuel Cerezales, quien la alentó a escribir. De esa manera, Laforet publicó su primera novela en 1945, Nada, aclamada por la crítica y galardonada con el Premio Nadal.
NADA es una novela de fuerte componente autobiográfico. La obra llamó la atención no solo por la edad de Carmen Laforet , que por entonces solo tenía 23 años, sino también por la descripción que hizo de la época: y es que Nada es una novela de tono existencial, que refleja el desolado mundo de la posguerra desde una perspectiva pesimista, al contrario de la mayor parte de la narrativa de la época. Las relaciones entre los protagonistas de la novela dibujan una estructura que entronca con el tremendismo literario.
Galardones
Aparte de las mencionadas [Nada ]y Premio Fastenrath, la autora catalana consiguió el Premio Menorca de Novela y el Premio Nacional de Literatura por La mujer nueva (1955). Asimismo, Laforet creó una vasta colección de novelas y cuentos cortos. Solo dejó de escribir cuando comenzó a sufrir problemas de memoria por su padecimiento, por lo cual, se alejó de la esfera pública.