No sé qué tienes mulata
que mi mente desesperas.
Haces que quiera y no pueda
sacarte de mis entrañas.
Has descubierto la maña
de alterar mi condición,
pues si te giras de espaldas
al compás de un rico son
no responden mis sentidos,
la melcocha se dispara,
me transformo en remolinos,
pienso en cascos de guayaba,
veo un pirulí en tu boca,
siento el almíbar chorrear,
juega tu lengua sabrosa,
se alborota el paladar.
No sé que tienes mulata,
pero me vas a matar.
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