Nadie viene de lejos de corazón,
sólo tú
eres poderosa y angelical.
En marcha
caes, te levantas y te levantas
es evidente en todas partes
estás de amuletos
y de magia.
Una cruz en esta tierra (para ti)
y los demás, una estrella que tú das
ante los ojos del Creador.
Agitas tu corazón
reconociendo el mundo
tan tuyo,
después de todo es inevitable.
Nadie después de ti: este hogar,
tu reino,
obra del triunfo en el exterior
como reivindicación
—paso a paso—
Sabiamente en la memoria de todos ¡Mujer!