Me recreo en la imagen pasada de mi tiempo de niña. Tu regazo cálido y tu mano tierna. A menudo floto por este onírico campo de amapolas de vivencias, llena de juegos, de tardes de río en verano y bocadillo con pan y chocolate.
Tiempo con tempo propio. Tu mirada de mujer-madre-hija, guerrera y luchadora, me relata una historia de miedo y hambruna, de momentos en que el hombre se volvió lobo para el hombre: la guerra.
En tu rostro ajado por la vida, veo la cara de mi abuela, que no conocí, solo sé de ella a través de tu voz. En tiempos pasado y presentes, mujeres que sacan la fuerza de la fuerza y regalan vida y dan amor y calor, y refugio y amparo.
Me recreo en la imagen presente de un patio lleno de hortensias y tu mano que riega su tierra y regala a mis hijos relatos con sonrisas, de otros tiempos inciertos.
Hortensias rosas
engalanando la tarde.
Verano onírico.
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Imagen propia: las hortensia del patio de mi madre.