Marcharse de este mundo enamorada
sin gozar del amor, no gratifica
a la persona que muriendo rica
seguro estoy, que ni de broma agrada.
Pues de considerarse afortunada
a fin de cuentas, por desgracia explica
que si su incertidumbre sacrifica,
de su romance igual no espera nada.
Pensar no quiero yo que un cuento chino
pueda ser a propósito el amor
considerado en este mundo, ardiente,
cuando lleno de bulos el destino
no sé yo si sería lo mejor
morir a solas, siendo irreverente.