Morena morenita, bajo el velo nocturno,
me brillas los ojos como el sol de mediodía.
Morena morenita, ¿por qué a la luna te llevas?
Si el reloj dice que es de noche y las estrellas ya cantan.
Morena morenita, ¿por qué te llevas al alba?
El sol que me cuida a su madriguera no se alza.
Morena morenita, despertar de rosas y claveles,
todo te lo llevas con tu linda carita, todo tú lo puedes.
Cuando avanzas por la playa y el viento te acaricia,
las olas y la arena a tus piecitos se abrazan.
El viento, niña, esparce tu cariño como hojas
y yo las recojo y las llevo guardadas.
En tu paseo por el parque, cuando un ruiseñor entona,
tus ojos estelares encantan, y su canto se remonta.
Morenita, si el otoño te alcanza,
no te asustes, niña, pues tu piel no se marchita.
Café, café, irradia tanto en tu tez,
eres el tono otoñal que los árboles veneran.
Morenita, morenita, juguemos a las miraditas:
tú me miras, yo te miro, y con mis abrazos te reposas.
Morena morenita, en tus ojos un universo ocultas,
deja que de ti lluevan corazones y el follaje de las flores.
¡Vuela, vuela, linda niña, y deja que tus ojos encandilen la eternidad!