Mordisco letal

No hay recurso más bello que el que las estrellas doblega
bajo su tímido hierro. Ninguna magia en oferta
que usarla no signifique el destierro por voluntad propia
dejando ese reino para quien reconozca en si adentro a su dueño.
Me siguen patrones del pensamiento a deshoras haciendo la copla
y ya tengo mis dosis para que así no sean otras
personas mejores las que cuelguen del cuello
por la fatal atracción de lo tóxico insomne.
Mi don lo perforan procurando la fórmula
por la que haya de ser para todos.
Finalmente entregarme a la paz de delante ha traer soluciones
a este conjunto de agobios que provoca mi carne
en mitad del trastorno que al corroerme despacio
nunca me sentí tan cómodo como ahora descalzo
del peso de bloques quizás por zapatos.
Me siento mejor de lo que soñara en mis noches más locas
tentando la lógica de este programa que las cosas coloca
de siempre en su sitio ajenas al golpe de nuestra estocada
al suplicio al que ya pongo cara de asco.
Nacido aquí esclavo no sé qué protesto
si disfruto lo máximo trabajando continuo.

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