Morbosidad

El cadáver —lívido como la palabra misma— estaba allí
encallado
en el vado pedregoso de la rivera nocturna
su palidez de vela muerta
era igual de fantasmal como un extraño faro
iluminando
la plutonidad de la noche
sirénido
como el costillar
en el naufragio de una blanca tonina
incomodando
con su hedor de nube pestilente
la no menos horrorizada vista.-

Chane García.
@ ChaneGarcia.

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