Ha llegado otro tiempo
de exilio,
un asilo en soledad,
un momento
sin besos largos
ni cuerpo a cuerpo junto;
sin permiso,
sin saberlo incluso,
con un refugio a medias
y en peligro colapsado
en un latido a corazón abierto,
furtivo y célibe;
cruzo las piernas
y cierro la boca,
el aroma primaveral
ha ido ahora a protegerse
y a cambiar
los muebles de sitio.
Y yo aún me veo igual.
Ha llegado otro tiempo
de exilio,
un asilo en soledad,
un momento
sin besos largos
ni cuerpo a cuerpo junto;
te entiendo son momentos que pasan …
Un abrazo
Es una hermosa conversación con un otro que ya no está, quizá con uno mismo que no es. Será así…igual contiene todas las emociones.
Un gran saludo, Tali.
Hay momentos en que solo cambian las estaciones… y los muebles. Momentos.
Qué maravilla de poema
Esos momentos de exilio, de cambio, que duelen, que nos vacían pero a veces son tan necesarios que te encontrarás con una nueva primavera, amiga!!!
Tirando de Machado, hago el comentario…todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar…
Me ha parecido un poema duro , sin retorno, pero espectacular.
Exiliarse es llegar a otro lugar.
Y eso siempre es un comienzo.
Maravilla, bonita 
Sentir el exilio en si mismo conlleva fortaleza… 
Bonitos versos!!
Bello poema, como todos los tuyos, Marta. Abrazo
Tiempos cambiantes…momentos que duelen y mueren, antes de nacer…como en este maravilloso fragmento:
Abrazos, mi Tali! Ya vendrá el verano…
Gracias, Miguel Ángel, no sabes cuántas! 
Hay quien dice que sólo existe una emoción expresándose de distintas formas… esta sería una de ellas en uno de esos días sin salida aparente… ya pasó. Gracias, Héctor bello!
En este caso, la verdad es que los muebles los cambié de sitio yo… el refugio necesitaba más calor… Gracias, Rafa, siempre!
Ains, Minada bonita, si es que… eres bonita a rabiar en cada una de las palabras que me regalas siempre. Gracias!
Pero Pedro… muchas gracias de corazón!
Cierto, mi Walla, aunque la travesía es dura como el suelo de asfalto… Te quiero!
No lo había mirado así… gracias, Paco!
Gracias, mi grande!
Gracias, María mía! muchas y llenas de corazones para ti. La primavera es bella, y ahí tú floreces siempre… ya habrá tiempo para sudarlo todo en verano. Ahora estamos aquí y te escribes preciosa hasta en los comentarios que me regalas siempre!
Como un exilio permanente; un dejarse ir, ajenos a todo, incluso a nosotros mismos. Un poema sangrante… Tan triste.
