Nací bajo el techo humilde
de una vivienda maltrecha,
donde no había dinero
pero si había vergüenza,
y en el patio, custodiaba
el perro de la pobreza.
Mi madre, para estudiar
me dejaba con mi abuela
y mi papá trabajaba
incluso la noche buena.
Entre los dos se zurcían
para que yo me vistiera
pero nunca me faltó
el alimento en la mesa.
Muy pocas veces cenaban
y yo no me daba cuenta
sumergido en la infantil
burbuja de mi inocencia.
La vida pasó fugaz,
llegaron cambios con ella,
y aunque a veces se me rompen
los zapatos de la escuela
y el fantasma del pasado
en el recuerdo me acecha.
Nada es lo mismo que ayer
porque Dios al bueno premia.
Ya mamá es especialista,
papá está para la cena,
y el sudor de muchos años
compartiendo la existencia
por lo menos alcanzó
para arreglar la vivienda.
Tengo dos héroes en casa,
dos maestros que me enseñan.
Por eso, en honor a ellos,
cuando mis retoños tenga,
para que crezcan felices
haré lo mejor que pueda,
aunque desgraciadamente
hay una verdad inmensa.
Ni yo soy como mi padre
ni hay otra como mi vieja.
Qué bonito homenaje a tus padres haces en este poema. Muy lindos tus versos.
Me vinieron a la cabeza estos otros de Gabriel y Galán (El ama)…
“Yo aprendí en el hogar en qué se funda
la dicha más perfecta,
y para hacerla mía
quise yo ser como mi padre era,
y busqué una mujer como mi madre
entre las hijas de mi hidalga tierra.”
Un poema muy bonito, compañero!
Hermoso homenaje a tus padres.
Saludos!
Si mi poema le recordó tamaños versos entonces valió la pena mi tiempo de creación. Muchas gracias, compañera.
Muchas gracias por sus palabras, de todo corazón.
Me encanto tu poema, muy buenas rimas, bien construido y lo mejor me trajo a la memoria a mis padres y mi infancia.
Los padres, son seres de luz que nos cuidan toda la vida . Me alegra que mi poema le recuerde a los suyos. Muchas gracias.
Muchas gracias, usted me emocionó con su comentario. Me alegra que le guste el poema. Un abrazo desde la mayor de las Antillas.