Me gusta pensar, que con mirar
el cielo en la noche,
puedo ver los ojos del tiempo.
La imaginación no consigue entender
esta inmensurable realidad.
Es por lo que miro al pasado y,
intento vislumbrar la parte que me pertenece.
¿Qué quedó de mi ahí?
Mirar hacia delante es una especulación,
un trozo de espejismo.
Las estrellas son siempre esa luz que murió,
cuando miramos solo asistimos a su sepelio,
luego esperamos que nos lleguen sus brillantes cenizas.
Buscamos siempre el futuro en ellas,
cuando solo es un soplo de polvo frío.
Pero qué más da, si en esa elucubración
encontramos la belleza, o en ese cielo
no hay noche, solo oscuridad en la sombra.
Nosotros seguimos queriendo ver.