No logro recordar el primer día
en que perdí mi aliento en tu mirada,
oculta, sin mostrar algarabía,
pero por dentro desasosegada,
flotando en el vergel de la agonía,
confundida, cautiva y extasiada.
¿Qué habrás pensado tú, cuando me viste?
Yo al verte ¡comprendí que el cielo existe!
¡Sí, muy becqueriana!
¡Unos cuantos de mis poemas sobre miradas o amores fallidos están inspirados, directa o indirectamente, en los poemas de Becquer!