Viraré a los elementos donde fuimos -
inmaduramente sabios,
Tierra, aire agua y fuego,
a veces tú, y por segmentos yo,
junto a la escencia descontinuada de otros dioses,
esclavos sin cadenas,
lechuzas somnolientas,
compañeros de tragedias,
néctar de gladiolas,
testigos de ocurrencias,
el banquete de piel de ambos,
fortuna y diferencia,
floreciendo a la voz de imaginarte.
Han nutrido cafetales,
la amnistía de tus manos
saboteando las pasiones,
evocando perfumes
que no han visto aún
la unión de la costa con los mares,
pero si la comunión
cuando vuelven a rozarse como amantes
Y no te miento sí -
quiero rebelarme del coma circundante,
rellenar tantísimos pendientes,
las promesas sin cumplir,
que el destino adquiera,
el penoso sentido de deshacer itinerarios,
detener a los pies del alba de porcelana
el tiempo y sus nudos,
para bailar animados bajo los rayos lunares
y pedir como último deseo
tu tierna mirada
Si estoy seguro de algo
es de estar completamente seguro
de casi nada, pero contigo,
y no quiero arriesgarme a perderte,
ya he perdido soplos de vida
y manzanas esperando morder,
me quedo sin aire,
mientras mi necia senectud admira el camino,
volver al refugio de tus labios
en el bosque de las hadas,
escuchar como un experto
tus pasos que vuelven despacio sin bagaje
y escapar del analfabetismo
de unos contra otros.
Y si congelo un abrazo tuyo
de esos que casi me rompen los huesos,
y si te busco en altares
y te respiro en inciensos,
¿A qué le llamo entonces mis celos saltando,
o mi suerte mimando
lo compatible e iguales eternamente
en distancia y a solas
que somos tu y yo…
Ambos,
perdidos o quizá no encontrados,
construyendo una tarima para una locura,
un paraje morado de excentricidades,
para alejarnos de la normativa y la cordura,
de la bola de nieve que nadie detuvo,
de la reacción imperativa…
Está es mi libertad,
mi pozo y mi laberinto,
es morir para hacerte el amor en los tiempos finales,
la pereza en las personalidades que aún no conoces
y se cuelgan de tí,
que pudiesen regodearse cual artista
al bajar revoluciones,
y te busca hasta identificarte
dónde tú no estás -;
pero perviertes,
sobre los lugares que nunca fuimos,
las sensaciones que no fluyeron,
la devoción del principito a su rosa,
el drogadicto extrañando su dosis diaria
los cambios que nunca hicimos,
y ceder a mis propias piernas
los cimientos de mi casa
porque soy yo y mi recuerdo
tus ojos febriles tan verdes,
y mi nombre en tu alma
dónde quiera que vaya…