Miedo

Sin el silencio del que escucha
sin la palabra del que habla,
el diálogo se torna lucha
y la estupidez se vuelve arma.

No hay victoria para alguno
sólo sangre derramada
tras la oscura y fría sombra
de una hora malgastada.

Platón llora, inocente
¿Cómo iba a imaginar que el diálogo podría traer muerte?
Muerte al espíritu sano, al que escucha, habla y comprende.

Muerte al alma dialogante
que tras abandonar la caverna
ya no mira hacia delante.

¿Por qué vuelves, alma pura, a esa caverna fría y oscura?

Tengo miedo, viejo amigo, de volver a equivocarme de camino.

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Magnifico poema.
Un abrazo.
Andrés.

Muchas gracias, Andrés. :grin::grinning_face_with_smiling_eyes:

Un abrazo!

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:grinning_face_with_smiling_eyes::grinning_face_with_smiling_eyes:Muchas gracias, Magdalena!

Un saludo!

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Muchas gracias, Nora :grinning_face_with_smiling_eyes::grin:

Un saludo!