Miedo solitario

Como cuando
la última sombra de día
corría hacia la noche
de un mundo aun irreal
de aquellos paisajes para un después,
se hacía intermitente el cielo
entre las lluvias sin retorno,
los solitarios que aún
no conocían sus soledades
se miraban frente a un abismo
sin posibilidad de asustarse,
sin la ayuda de nadie,
un miedo sin origen
un extraordinario pudor
para no morir de sueño
el miedo de la pesadumbre
que nunca fue tan verdadera.

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