Mi padre ha muerto,
lo dicen sus pasos lentos
y su lerdo hablar perdido.
Aunque no lo acepte
ya se ha ido.
Intento abrazar su cuerpo
extraviado en el vacío.
No me encuentro en su mirada,
para él ya no existo.
Aunque sus pasos persisten
sus huellas se detuvieron en el camino.
Inevitable el llanto.
Duele y tanto.
Busco en su rostro
su voz ya sin sonido.
Solo es un espíritu vacío.
Mi padre ha muerto.
Se fue y está conmigo.
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Tali
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ahí estamos, y dolerá siempre. Pero ese final que has escrito a mí me reconforta, porque sí, hay mucho de él en mí. Te envío un abrazo largo

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Pedro
3
Me identifico tanto con este poema… Lo has plasmado de manera maravillosa. Mi enhorabuena por ello.
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Y cuando las lágrimas me nublaron la visión,
decidí mirar con los ojos del amor,
y entonces ví todo con claridad…
Es muy duro ser cuidador.
Es un desgarro enorme, minuto a minuto.
En ello estamos algunos.
Ánimo.

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Sinmi
5
Conmovedor y bello poema. Un gusto leerte. Saludos cordiales.
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Muchas gracias. Un abrazo también.
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Muchísimas gracias por leerlo. Saludos.
Muchas gracias por leerlo. Un gran saludo.
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