Si pudiera abandonarme
es más,
si pudiera respirarme
con todo mi yo
oxigenado de par en par
anidaría
sin lugar a dudas,
en una eterna sinfonía,
en una adictiva sonata,
al pie de sus partituras
de constantes oleajes
No existe nada
que remueva más
las olas,
de mis fragilidades
y mis íntimas letras,
que el sumergirme
junto a mi alma
en la inmensidad
del océano
de ese cielo clásico
Tan solo su confesión
fertiliza
mis embriones
y deletrea,
nota a nota
dejando al descubierto
la sima de mi lágrima
o la piel de mi palabra
Tan solo ella,
y nada más que ella,
mi música clásica
heredera espiritual
de mis versos
Al leer tus dedicados y sentimentales versos me transportaste a un espléndido teatro para escuchar las maravillosas ejecuciones de una orquesta sinfónica .
Admirar el homenaje que le tributas a la inmortalidad de la música clásica.
Hermoso poema!
Abrazos cariñosos, Ana María!
Ese “cielo clásico” llena el corazón de íntimas emociones. Inspira para nuevas creaciones, recompone y calma el alma de desasosiegos. Es mágica. Me encantan tus emotivos versos. Te envío un abrazo
Muchas gracias amigo, soy una “friki”, de la música en general jjj, pero para escribir mi cómplice, la que lee mi alma es la clásica!!! Abrazos musicales poeta!!!
Muchas gracias poeta, por recrear la imagen perfecta para inmiscuirse en la música clásica tan pletórica para agrandar el alma, tus comentarios siempre tienen una clase y elegancia exquisita!! Un fuerte abrazo!!!
Ahh que bello y poético comentario amiga, así es conecta directamente con el alma y su sentir, aun así amo la música en casi todas sus variantes pero la clásica es muy espiritual para mi!!! Un fuerte abrazo amiga y