Cuántos cánticos despiertan hoy día
la fibra, esa que levanta la vista
al trino de un ruiseñor optimista
a su titilar de melancolía.
Cuántos deciden, disolver su hastío
con el agua regia sin fin del río
de las letras; ser un gran quimerista,
un docto, en destinar como un artista
la fibra, esa que levanta la vista.
Con el agua regia sin fin del río
separe la pena de mi faz noble
y muestre el fulgor de mi real brío.
De la paz a la savia de mi roble.
Tan cerca aguarda la real rivera
dispuesta a lustrar las piedras que hubiera
dar riego, abono, que al desierto poble.
Y cantando con las aves de un roble
separe la pena de mi faz noble.
P.D.
Rima Aldana. Acorde a las pautas de @alda_pascuzzo . A quien admiro y agradezco en lo que resta del día y en la memoria.