No me salen las cuentas,
no sé si te besé lo suficiente.
Tal vez faltaron caricias
y sobraron puertas,
o quizás más risas
muriendo lentamente.
Nunca sabré cuanto pude amarte,
pero sé cuánto duele perderte.
Fallé mi apuesta,
un error sin derecho a réplica.
El tiempo no cura nada.
Una herida que supura
y me sigue desangrando.
Perezco cada día sin épica
y cada noche soñando.
Los poemas no me ayudan,
son un anhelo perdido,
teoremas que alimentan mis dudas,
sentencias de todos los olvidos.
A veces pienso en milagros
en los que me perdonas,
dibujo explosiones de colores,
que tú detonas.
Ni siquiera me atrevo a llamarte.
Y te echo de menos,
mal y tarde.
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¡Muy bonito! Intuyo que cuando escribes, hay una voz calma. Con el tono pausado de la resignación. Convencido que hay que tapiar la puerta por donde se fue. Convencido que al voltear la vista hay un sol en los ojos de alguien que espera.
Con su venia, me he tomado un vino al releerle.
Un gran saludo.
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Aciertas en todo Carlo, permiteme que brinde contigo con ese vino que seguro es una delicia para el paladar.
Gracias amigo
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Toda la razón Wall, son la esencia del poema. Besos
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Terriblemente hermoso y con tanto dolor
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Gracias Selene! Me emociona que lo sientas así.
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