Y siempre queda un número esperando,
las horas de años se recogen en chocolate
y no hay nada que temer,
el amor se siente un rato largo
si te recuerdas;
y cuando parece que te acabas,
un ángel te da la mano
y te desordenas,
al fin.
Tranquila que después de los 49 el resto te cae rápidamente sin que te des cuenta, no es tan importante la cantidad de años sino lo bien que los hayamos vivido.
Un abrazo grande para ti y los tuyos