Escribiendo poemas, recitándole al viento,
suspirando de amores, recordando dolores,
recorriendo caminos, degustando sabores,
en el canto del día, palpitando el momento.
Y en el grito del alba, rebuscando sustento,
y en la noche estrellada, fabricando colores,
escuchando momentos, en los brillos de flores,
escarbando la dicha, recordar lo que siento.
Salpicar de alegría, la tormenta sagrada,
recibir bendiciones, en el himno bendito,
descubrir paraísos, en el tibio crepúsculo.
Y en la noche brillante, transferirme a la nada,
y en el cuarto menguante, recordar que en el grito,
que se ahoga en los mares, el solaz es mayúsculo.
Que lástima no saber tocar yo las cuerdas de esa guitarra, pues sin dudarlo le estaría dando música a esta hermosa canción de vida que has escrito.
La he tarareado una y otra vez y me encanta.
Un abrazo Alejandro.
Que lástima no saber tocar yo las cuerdas de esa guitarra, pues sin dudarlo le estaría dando música a esta hermosa canción de vida que has escrito.
La he tarareado una y otra vez y me encanta.
Un abrazo Alejandro.
Vos sos siempre la gentileza encarnada estimado poeta. Tus mensajes siempre cálidos, como un abrazo poético. Amigo, te lo agradezco tanto.
¡Genial! Es un canto alejendrino
“Con el grito de alba rebuscando”
En la luz de un verso de Alejandro
Extasiar el alma con sus trinos.
Aplausos mis respetos y afecto.