Una mujer ausente de ternura
temible en su sentir siempre enlutada
con la piel de una flor apolillada
y voz sin alma, grito de amargura
Un día se cubrió con la negrura
y sentenció voraz con su mirada
con su bastón se impuso envenenada
mordiendo con la fe de la censura
Y una noche de pálpito suicida
se irritó con sus hijas, dominante
extinguiendo el clamor de cualquier vida
Y profesaba cruel la tiranía
sin que el pesar reinase en su talante
enfundada en el mal como una arpía
Ref: “La casa de Bernarda Alba”, magnifica obra de teatro de Federico García Lorca, un pequeño semblante de una de sus protagonistas, la viuda y madre, Bernarda Alba.