Tengo por tener, un trozo de anhelo bajo la almohada,
ahí donde van a descansar los sueños para tranasmutar,
el corazón un tanto roto, para no variar,
y algunas ojeras delatan el insomnio de pensarte.
Aún mirando tus párpados cerrados, te anhelo,
te percibo hondamente, como el saber.
Estás en cada libro que he leído, y en los que aún me faltan por leer.
Idearte es mi parte favorita, con el ansia latiendo a mil, contigo o sin ti.
Pensamiento y deseo, recurrentes, amalgama de suspiros, en un fractal de suerte,
con un beso intenso, vendrás, siempre vienes, siempre a tiempo, mi fénix etéreo.
Te sé de memoria, cada recoveco, ápices y superficies,
ángulos cóncavos y convexos, como las hojas de mi texto preferido,
y aún guardo tu mano, al final de cada acento.
Reservo tu alegría para disfrutarte luego,
porque no me faltas, te hallo en cada página que leo,
y me gusta estar así, en ese instante de serenidad, que da el olor a libro añejo.
Me gusta leer para ti, en voz baja, susurrar a tus oídos,
leerte los lunares y las pecas, los poros erizados y los vellos…
Me fascina admirar cada palabra que descubro,
y estrecharte con cuidado entre mi pecho,
y que duermas escuchando mi lectura,
y me lleves a tus sueños, beso, texto, verso, a beso…
12 Me gusta