“Ante tu grandeza . . . me hinco.”
Del náhuatl, raíz, origen,
las palabras que te rigen,
superficie, etnia, pueblo,
con mis versos, yo, celebro.
Tu Señorío tan grandioso,
magno, ancestral, poderoso,
tu economía, en sociedad,
de agro-signo, identidad.
Altépetl, “montaña de agua”
que, en la leyenda, se fragua,
chinampas te han dado arrullo,
de México eres orgullo.
Xochimilco de canales
con sus cauces celestiales
que bañan lluvia, volcanes,
par de lejanos guardianes.
Xochimilco de riberas,
de orillas con sus laderas
bordeadas por ahuejotes,
por sauces, de dignos brotes.
Eucaliptos, alcanfores,
alegran con sus colores,
entre plantas, como el lirio,
la ninfa que es mi delirio.
Xochimilco, edén bendito,
sitio de magia, de rito,
lugar de lacustres dotes,
de prehispánicos islotes.
Que quede en ti mi alabanza
bella “tierra de labranza”,
“sementera de las flores”
de aromáticos olores.
Alcatraz, clavel, azalea,
el cempoaxóchitl, la dalia,
floripondio, clavelina,
girasol, gladiola fina.
Región de cultivos varios,
de pueblos originarios,
catorce que, ahí, se asientan,
su cultura representan.
Las milpas cuentan la historia
de hortalizas que dan gloria,
bien regadas por las aguas,
te pintan Códices Nahuas.
En tu vergel territorio,
costumbrista adoratorio,
técnica agrícola antigua
la chinampería atestigua.
Que has brindado el alimento,
dando comida, sustento,
a los nativos sin tiento,
a la Ciudad hace tiempo.
Con maíz, chile, epazote,
coliflor, chilacayote,
calabaza, jitomate,
lechuga, acelga, tomate.
Pepino, quelite, el haba,
cilantro que no se acaba,
por citar solo unas cuantas
verduras, pues, nos das tantas.
Natura con sus encantos,
bosque en los lares más altos,
coexisten: ahuehuete, pino,
tepozán, ocote, encino.
Tienes variedad de flora
y fauna, que vida implora,
ajolote, pato, rana,
tilapia, mojarra sana.
Liebre, tlacuache, tejón,
el zorrillo, el escorpión,
tuza, ardilla, comadreja,
teporingo, una rareza.
En turismo eres bastión
flotante de tradición
centenaria, que navega
en trajinera rejega.
Salgo del embarcadero
llevado por fiel remero,
el grato paseo en “chalupa”
avispar la vista ocupa.
Llegar hasta la compuerta
con el alma bien abierta,
es costumbre muy bonita
dar un ramo a la damita.
De flores de la “marchanta”,
navegar canta que canta
al son de lira, marimba,
mariachi, corazón timbra.
Chucho Monge, Agustín Lara,
le han cantado, en forma clara,
a tus riquezas preciosas,
a tus mujeres hermosas.
Flor más bella del ejido
te dedico este cumplido,
mi admiración muy febril,
tal fiesta es el mes de abril.
Ya visité los viveros,
los mercados, los museos,
las arqueológicas ruinas,
haciendas, parques, son minas.
En inagotable viaje,
la Pista de Canotaje,
la “Isla de las Muñecas”,
pasé por las discotecas.
Los restaurantes, los bares,
sin fin de lindos lugares
para el que quiera pasearse,
comer, beber, sin hartarse.
El espectáculo asoma,
ya regresó “La llorona”
con su música, la danza,
la ficción, el mito avanza.
No olvidaré los Conventos
que, de la fe, son cimientos,
ni, en la Parroquia devota,
pedir favor al Niñopa.
Pues, tienes problemas varios
en tus diecisiete barrios,
el peor sobre ecología,
requieres sabiduría.
De esa tu indígena herencia,
que demuestre su querencia,
el amor, con mucho ahínco,
sobre de ti . . . Xochimilco.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 08 de abril del 2019
Dedicado a mi compadre Prisciliano Membrillo, “El Chato” . . .