Levántense, abran la puerta y salgan a batirse, al fragor de la luz y el viento. Lleven el escudo de la actitud y la armadura del valor. Luchen a brazo partido para que sólo las cosas limpias entren a su alma. Como hombres primitivos, vayan a recolectar pizcas de amor y a cazar sueños.
Guerreros, lleven su arco de sonrisa franca y llena la aljaba de palabras sinceras como flechas. Que al regreso su corazón ileso llegue henchido, galardonado de nuevos cantos.