«De los treinta que anhelabas, sólo logras veinticinco centímetros. ¡¡¡Lo lamento!!! ¡Eso fue lo que te pude conseguir! Al final, creo que no te quedó de otra y aprendiste a vivir con ello.
¡Ah!, otra cosa: los veinticinco… se perderán algún día, hundidos en los epitelios de un muñón arrugado, algo así como una especie de “montículo”, parecido a un maruto pujado, en el cuerno de un ombligo».
Chane García.
@ ChaneGarcia.
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