Melomanías

Les rois du monde

Una voz solitaria se eleva pulsando,
corazón anidado en el aire,
eclosionada crisálida que se aleja,
pedazo de flama fugitiva que transmuta en mariposa de fuego.
El vibrato de su vuelo busca la hoguera santuario.

Filamento sonoro entramado en red elástica que impulsa el espíritu.
Timbres en resonancia con intrépidos impulsos.
Inquietas evocaciones prehistóricas: llanuras, riscos, agua primigenia.
Bandadas,
enjambre de acordes preñando recuerdos no nacidos
sembrados en el génesis del instinto
cuando la memoria era salvaje todavía.

Gritos graves de animales en celo
notas largas amoldadas por cañadas
rebotando el llamado para perpetuar la especie.

Coros contrayéndose y expandiéndose,
parvada de aves en vuelo rasante sobre las olas del pentagrama.

Potencia, ritmo, cuerpo
instrumentos que entretejen alfombras donde danza un yo primitivo,
ataviado solo con lo presentido.

Lluvia en suave vendaval que mece el alma de palma.
Algo se agita y brota entonces desde el silencio mismo, se aloja en el pecho.
Dispara no sé qué sentimientos que te levitan,
te sustraen de tu materia intemporal.

Etéreo sobre todas las cosas,
eres nota musical en la partitura del universo
imaginación retozando en pautados sagrados.

Eres parte de ese himno gigante y extraño
del que tanto hablan los poetas.

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Ne me quitte pas

Conozco ese dolor lacerante colega Jacques, lástima que no lo haya podido vaciar con tu expresividad en una canción. En cambio, he llenado páginas de versos y lágrimas. Pero al igual, mi canto silencioso atormentó lo mismo que a ti, que te atragantas y revuelcas de profunda pena.

Ojalá después de esto te hayas aliviado y encontrado la muerte en paz, amado y amando, porque déjame decirte, siempre hay un después, una segunda oportunidad que te espera. Si sobrevives, por supuesto.

Déjame te digo: conozco hasta el hueso esa clase de dolor flagelante.

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Once upon a time & Spirit of the west lake

Esas notas largas y melancólicas muestran cuán difícil es la vida y lo solos que estamos en este universo. Nos muestra el camino interminable. Cabalgar atravesando desiertos entre el polvo, aridez y candente sol, entrar en la tarde con el ocaso, arrastrando una sombra larga que se hunde en la noche. Pero adentro de esa nota alargada como nuestra sombra, está una paz y una felicidad que nos mece en una cuna de himnos maternales, hecho con fibras de luz recién amanecida y una sonaja con el cintilar de estrellas. Nos devuelve a ser todo, a gravitar en vaivén sobre todas las cosas. Plenos.

Mientras tanto, en el aquí y ahora, juego a hacerte sonreír para entreverar tu risa con esas melodías.

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Mistral Gagnant

Cuando piano, violín y una hermosa voz llena de expresión se armonizan, una jauría de sentimientos desgarra el corazón como lobos hambrientos. Una rabia no extirpada se asoma. Acude el recuerdo de un abrazo encendiendo el tiempo. Dolor y melancolía inexplicables. ¿Será por la simple ansia y admiración de la belleza? ¿Será solo por el vacío inmenso imposible de llenar?

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¿Have you ever seen the rain?

En algún rincón, quieto y pensativo, ¿has oído alguna vez la lluvia?
¿Has comprendido su lenguaje?

Es la sangre del mundo. Cielo líquido. Mar viajero. Alma de los árboles. Venas de la tierra.

Furia purificadora. Cortina de sonidos en la ventana, ondeada por suspiros.

Llovizna, mensajera de recuerdos, tormenta de tormentos cuando crees que la única razón de levantarte y andar es el día que abre su corola sobre la noche, como una flor de esperanza que te jala con su aroma de vida.

¿Te ha contado la lluvia del vértigo y placer de rociar el follaje, crecer en resbaladilla sobre el filo de sus hojas hasta que maduras, caen las gotas en un grito multitudinario de alegría?

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Oye Pablo

Cuando te vas quedando solo, te das cuenta quién eres y de que estás hecho. Entonces revuelves tequila con unas canciones de Pablo Milanés y de un sorbo te apuñalas el alma. Te embriagas de pasado y trastabillas en el futuro. El amor, el eterno incomprendido, es herido con las cuerdas del primer violín de “Yolanda” y las “Proposiciones” se quedaron sin cumplir el último sueño. Ya nadie quiere las palomas que suelo mirar del “Yo no te pido” y se acaban las razones para respirar bajar una estrella azul o llenar el espacio con su luz. Te acaba otra vez el lamento violinesco del “Breve espacio”, en el que siempre has sido solo tú.

“El amor de mi vida”. De verdad que me fundiré en la noche donde me aguarda la nada, me perderé en la angustia…qué sarcástico Pablo.

“La novia que nunca tuve”: Pablo, sí la tuve y pasábamos tardes enteras abrazados, cobijados solo con tu música. Cruel y despiadado, colaboraste de manera certera en sembrar agujas placenteras en la memoria que se remueven cada que escucho tus canciones.