Mejor quédate callado,
si no tienes algo coherente que decir,
si tus palabras solo hieren
y destruyen lo poco que queda.
Al hablar, puedes romper lo frágil y verdadero,
dejando solo ruinas en pie.
Si lo único que tienes son críticas,
si tus ojos ven solo lo malo
y tu lengua escupe desprecio,
si tus actos destrozan la paz,
mejor guarda silencio.
A veces, el silencio es el mayor acto de amor,
lo único que queda
cuando las palabras ya no sanan.