Si ya me paso el día meditando
sin sentido al saber que a lo hecho, pecho,
si pasando la noche insatisfecho
prefiero no saber cómo ni cuándo
mi cuerpo se ha estado peleando.
Pues nada lindo queda ya de hecho
que el tiempo que se vuela y no aprovecho
sólo lo ganaría disfrutando.
Porque tentado a traspasar la linde
que separa el dolor de la tristeza
yo persigo la vida siempre sana,
sabiendo que mi fe jamás se rinde
al caminar erguido y sin pereza
dejando atrás los cantos del nirvana