Me convierto en líquido si te pienso,
líquido transparente, mas no agua.
Líquido untoso, jugoso y enamorado,
de ti, de tu cuerpo, de tu mente, de tu alma.
Humedeces mis entrañas, mis más íntimos huecos
con lágrimas de placer y fuego de no tenerte.
Con deseo de poseerte sin necesidad de que seas mío,
sin ansias de dominarte, con ganas de no perderte.
Triunfo húmedo de un amor constante, ajeno a la realidad
y amante de tus besos.
Porque así te quiero, siempre tuya, siempre mío.
Con contradictorios líquidos que no consiguen apagar este fuego.