Me gustas así
vestida de cielo azul,
con el alba que escampa
en el brillo de tu frente,
con esa tu boca
que pronuncia primaveras,
con ese tu pelo
hojarasca de estrellas.
Y aunque a veces llueva
cuando hace invierno en tus ojos,
me quedo aquí;
a saltar pletórico en tus charcos,
a empaparme el alma
en tus tardes plomizas,
porque sé que cada mañana
en tus ojos de cosmos
volverá a brillar el sol
de tus sonrisas.
“Y aunque a veces llueva
cuando hace invierno en tus ojos,
me quedo aquí;
a saltar pletórico en tus charcos,
a empaparme el alma
en tus tardes plomizas,
porque sé que cada mañana
en tus ojos de cosmos
volverá a brillar el sol
de tus sonrisas.”
La madre que te parió, Alejandro! Qué bien se te da versar sobre el amor. Una maravilla!
Jaja… ese comentario, vaya que me ha sacado una carcajada, es buenísimo, es grande, es maravilloso. Te lo agradezco tanto Tali. Bievenida siempre poetisa amiga.
“aunque a veces llueva
cuando hace invierno en tus ojos,
me quedo aquí;
a saltar pletórico en tus charcos”
.
Esto se llama amor del bueno y bonito. Hermosa declaración de amor mí amigo. Abrazos