Hoy me muero,
lentamente,
como si me metieran un puñal en el corazón,
buscando desesperadamente una muestra inexistente de amor.
Me estoy muriendo,
encerrada en esta casa,
por ti,
por ellos,
por mí.
Hoy me muero viva,
me quemo viva,
de angustia,
me revivo de muerte
y me muero de alegría,
de pensar que tú ya no estás en mi vida.