¡No, no, no pienso eso! —Jamás. —Quise decir que yo aspiro gozar la vida. No andar todo chchumeco quejándome de la contaminación, del lenguaje inclusivo, de los efectos secundarios del tadalafilo y un largo etc. Incapaz de pensar por un segundo que usted no goza la vida.
Querida @MarieMarulanda, una vida saludable (comer, dormir, ejercitarse, divertirse con mesura), una actitud positiva y sobre todo el amor por todas las cosas, incluyendo dosis de buen y sano sexo, están en los manuales del buen vivir. Justo lo que ud menciona acertadamente en su poema.
El amor es vida. El bien tiende a la vida, el mal tiende a la muerte. Hagamos el bien, bien. Hacer poesía es una parte.
La felicito por acertado y embellecido mensaje poéticamente.
Por otro lado, yo, robador de colágeno, consuetudinario catador de bebidas espirituosas los fines de semana, estoy de acuerdo también (en mi persona), con mi primo @ludico1964 que probablemente ya no traigo neuronas y las señales eléctricas cerebrales corto-circuitean al azar y ante estímulos externos como un beso o un atardecer marino, y es cuando intentan salir pretendidos poemas. A lo sumo, las neuronas viven pero dando traspiés de ebrias, que no saben si van o vienen.
Tenga una bonita tarde @MarieMarulanda!
Le dejo un aplauso y un abrazo poético!
Hay en tu soneto esa celebración de la receta para una vida larga y saludable: buenos hábitos alimenticios, una vida social positiva y el poder del amor.
Muy bueno.
Me encanta el cierre:
oigo acordes sin perjuicios neurales,
y este amor por ti que sube peldaños
librará mi cuerpo de los mil males.
Y, a pesar de que usted confiesa estar masacrando a sus neuronas, lo cierto es que su sabiduría [El bien tiende a la vida, el mal tiende a la muerte. Hagamos el bien.] es poco observada.
Que tenga usted una buena tarde. A mí ya me toca dormir.