…
Más allá del tibio sonar de una campana
está la vida, queda aún un reino por
contaminar,
queda cultivar aun la agonía de una partida
hacer flotar la semilla
y arrojarla al mar,
cultivar la sucia flor de la agonía:
yo que de todo escribí:
de aparatos tristes, de mi dolor sereno
de mis amigos del sur,
aun puedo escribir de algo:
de mi muerte,
del camino hacia ella,
será mi cadáver la última silaba.