Anclada a tus designios
estoy,
aguardando sin suspicacia
el momento
para así, al fin,
sentir
la cúspide de tu fuego.
Eres estrella fugaz,
el Marte vivo
y yo la Venus solitaria,
empecinada
en devorar tu horizonte.
Vístete de atardecer,
penetra tu luz
en mi noche.
Encamina tu deseo
hacía mí,
pues, en mi oscuridad
los gatos maúllan
y el viento susurra.
Yo quiero verte vibrar,
testear tu morbo,
y sin poesía qué escribir,
leerte en mis labios,
saborear
tu fruto prohibido
y callarme entre gemidos.
Anclada a tus designios
estoy,
aguardando sin suspicacia
el momento
para así, al fin,
sentir
la cúspide de tu fuego.
Eres estrella fugaz,
el Marte vivo
y yo la Venus solitaria,
empecinada
en devorar tu horizonte.
Aaaaah! que bueno! pensé por el título que se trataría del libro “horroroso” que nos encasilla mujeres de venus y hombres de marte. Pero tu poema está buenísimo!!! Un abrazo.
Muchas gracias @AljndroPoetry. Siempre es un honor verte en los comentarios.
Cuando la pasión se desborda, no quién la contenga!!
Un abrazo querido compañero.