"… Yo me alejé de tu lado queriéndote sin saberlo. No sé cómo son tus ojos, tus manos ni tus cabellos. Solo me queda en la frente la mariposa del beso."
(Madrigal, Federico García Lorca)
Yo me juré no ser nunca
la mariposa en tu cielo
y quise echarme a volar
y olvidarme que te quiero.
Y después de haber jurado,
de haberme arrastrado el viento,
quiebro y rocío mis alas
en mar de arrepentimiento.
Mis colores, ya marchitos,
son las huellas de tus dedos.
Las primaveras, perdidas,
en este amargo destierro.
Savia y néctar de tus labios,
necesito el alimento,
beber de nuevo en tus charcos,
arder de nuevo en tu infierno.
Muchísimas gracias, amiga.
Es que hoy han empezado las fiestas grandes de mi ciudad, Castelló, pero está diluviando.
Dos años sin ellas por la pandemia y ahora esto.
En fin… Viva la vida
¡Sensual, romántica y pasional tu reflexión!
Tus nostálgicos versos van recorriendo el amanecer y el atardecer del romance que se desvanece en el destierro.
¡Bellas tus letras, querida Mrs Wallace!
¡Feliz Día de la Poesía!
Abrazos cariñosos
Muy buena elección la del epígrafe; pensé que era tuyo hasta que vi el lapidario apellido de Lorca y dije: «Con razón suena tan bestial ese comienzo, no podía ser de otro modo».
Muy buen poema el tuyo… Me gustó cómo ibas tejiendo todas esas bien pensadas imágenes.
Uuuffff… Dolorosamente pasional, como no puede ser de otra manera tratándose de Lorca. Un poema de sangre y fuego, que incide en la herida suprema que todos revelamos en la esquina de una breve mueca, el matiz de una mirada fugaz o lo sombrío de un gesto subconsciente inquebrantable. Maravilloso, muy, muy bueno, querida mía.