Manos vacías

El suelo es más gris
el cielo más negro
termina la tarde.
Sola.
Lejos de lo suave
La muerte más cerca.

La luna te ha desnudado los huesos
que se han calado
con el llanto del silencio de las noches,
que te suplican calor.

Y los recuerdos de lo no vivido
que no piden ni permiso ni perdón
te ahogan en cada trago
que otros llaman alcohol.

Le das miedo al miedo
y el dolor persiste desafiante
sobre los sueños de punta
enquistados en las venas.

A lo mejor naciste muerta
Sin pulso
Sin aliento
Extraña ausencia de angustia

El silencio es nauseabundo.
Y el frío ya casi es tibieza.
Huele al aire recargado del humo de un cigarro.
Y por añorar, añoras hasta la tristeza

Vista desde este lado,
la ciudad se dispone a dormir
en un sueño tranquilo, sin culpa.

¿Por qué no iba a ser real
la libertad que se te pega a la piel,
que se te mete por dentro,
que lo desvanece todo?

Te pesa tanto vivir
con las manos tan vacías
que tiemblan como el aire.
Vacías de risas, de llantos,
de gritos, de libros.
De otras manos.

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Un bonito poema compañera, un fuerte abrazo.

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Que versos más sentidos, más desnutridos de calor humano, preciosos!!bsss!!

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