Ahora que las mañanas se hacen sombrías
bajo los quietos robles de la colina aquella,
ahora que difumina la fría niebla
los pálidos contornos de la meseta
siento temblar mi alma, cual rama muerta,
que en un dorado otoño agita el crudo viento de la tormenta.
Y cuando veo que se hace puro el aire y que la niebla,
en pesados jirones, deja la tierra, mi espíritu se calma:
En la distancia, se vuelve azul el cielo
y oro y grana, las ramas de los robles se nos presentan.
Es un hermoso poema para estrenarte en Poémame, compañero.
Sabía que con esas maravillosas fotos que haces, así serían tus poemas.
Me ha encantado! Ya tienes una “fan”…
Abrazo, Luisma.
Muchísimas gracias. Me siento muy bien acogido. Espero merecer vuestra comunidad y estar a la altura de todo el talento que el visto, en lo poco que he leído, en ella.
Muchas gracias; creo que has sabido captar y expresar la esencia de mi poemario. Más que rima creo que me gusta utilizar el ritmo y la entonación de las palabras para lograr el verso que me gusta, tratar de que la oración fluya de forma lo más natural posible.
Gracias de nuevo.
Me has pillado, jjj Totalmente, la pintura y la fotografía de la naturaleza son lo que llena mi vida. Junto con la poesía. Es decir, ya escribía poemas y pintaba en mi adolescencia. Luego llegó la fotografía. El caso es estar en la naturaleza y sintiendo!
Gracias por tu atención.
Ah, se me olvidaba, mi compañero es un puma americano; controlado, naturalmente, por un amigo mío que entrena animales salvajes para filmar peliculas y documentales de naturaleza.