Ando
con esa tristeza
de no saber que hacer,
de no saber que te está pasando.
Y releo,
Alejandra,
tus palabras,
que son como heridas
sangrantes.
A ver si en tí,
encuentro
la explicación.
Pero tus palabras
me matan,
son como cuervos
picandome las heridas.
No hay consuelo.
Alejandra Pizarnik.
Esta noche tuve
una mala elección contigo.