Patriotismo y tiranía
parecen ir de la mano,
si todo déspota ufano
está de su cacería.
Y con mucha puntería
apunta a los extranjeros,
a migrantes forasteros,
que su terruño abandonan,
que allá donde se personan
serán esclavos obreros.
Si hoy quien masacra a la gente
las va dejando en pelotas,
cuando igual por cabezotas
las decapita en el frente.
Así funciona el demente
que armas de fuego fabrica,
y encima lo justifica
con tan absurdas razones,
imponiendo condiciones
que casi nadie se explica.
Y pienso que por desgracia
magnates tiranos quedan,
que a la sociedad enredan
con un exceso de audacia.
Pues saben que en democracia
casi todo se permite
estando a menudo al quite
del juego de la aceituna,
al saber que la fortuna
con los pobres no compite.