¿Tenemos que estar
perpetuos
en la torre de marfil?
¿Admirar la rosa
sin la espina?
¿Siempre limpios?
¿Sin barro?
¿Sin grasa?
¿Sin sangre?
Poeta,
¿no deberíamos estar
en la lágrima del que sufre?
¿No deberíamos hablar
con la voz del que calla?
Caminar donde duele.
Nombrar lo que arde.
Ser una celaya,
con gloria.
que a todos dé cobijo,
con la fuerza
de una palabra.